El otro día hicimos una dinámica en la que teníamos que valorar la confianza "ciega" que le tenemos a nuestro compañero. Pues consistía básicamente de vendarte los ojos y dejarte llevar. Confiar con el compañero que no llevaba los ojos vendados y dejar que te llevase donde él quisiese. Cuando me taparon los ojos me sentí de repente perdida, sentía miedo. No sabía si dejarme llevar en realidad por ella, u ojear un poco por debajo de la venda pero decidí ponerme en la piel del que es de verdad ciego. Me sentí débil, vulnerable a la realidad y al mundo que me rodea sin poder ver lo que hay a mi alrededor. Perder la vista tiene que ser muy difícil y en el momento en que la pierdes tienes que aprender a confiar, que es lo más difícil de esa fase. Tendrás que aceptar que ahora tus manos son tus ojos, y los de más te ayudarán a ver. Cuando llegó mi compañera de nuevo a por mi , fácilmente pude adivinar que a ella también le habían puesto una venda y tenia la difícil responsabilidad de guiarme a mi y guiarla a ella hasta la meta marcada. Nos costó llegar pero aprendimos una cosa muy importante, y es que se puede ver con los otros sentidos. Cando andábamos hacia la meta pude calificar ciegamente el sitio donde estábamos gracias a la sensación de calor cuando no estábamos delante de objetos que nos diesen sombra, o con el tacto adivinar de que objeto se trataba. Poco a poco iba relacionando los lugares y al acabar me di cuenta como sin ver, supe guiarme por los demás sentidos.
-Dinámicas de grupo - Confianza ciega-